En toda reacción emocional hay electricidad (descargas neuronales) y hay química (hormonas y otras sustancias), todo esto en conjunto hace que se descontrole la vida debido a una pasión amorosa. A través del sistema nervioso el hipotálamo, que es el centro de las emociones, envía mensajes a las diferentes glándulas del cuerpo ordenando a las glándulas suprarrenales que aumenten la producción de adrenalina y noradrenalina, siendo éstas los dos neurotransmisores que comunican a las células nerviosas.
La Fenil-Etil-Amina (FEA) parece ser la molécula orgánica responsable del verdadero enamoramiento, todos los procesos hormonales que modulan el comportamiento humano en sus relaciones amorosas y sexuales se han ido estudiando con el desarrollo de la Fisiología, primero, y de la Bioquímica, después.
El amor como un proceso bioquímico se inicia en la corteza cerebral, pasa a las neuronas y de allí al sistema endocrino dando lugar a respuestas fisiológicas intensas. Ese estado de felicidad y euforia está provocado por dicha molécula (FEA).
The Chemistry of love Michael R. Leibovitz 1983
Comúnmente conocida como la “molécula del amor”, la FEA es un estimulante natural, similar a una anfetamina y se propone que a ella se debe la excitación que sienten las personas enamoradas. La teoría que esgrimen los científicos afirma que la producción de feniletilamina en el cerebro puede ser disparada por cosas tan básicas como una profunda mirada a los ojos o un simple rozar de manos. Las sensaciones más embriagadoras, al igual que el rubor, la transpiración excesiva en la palma de las manos, el pulso acelerado y la respiración agitada son explicadas clínicamente como un caso de sobredosis de FEA.
Podemos encontrar FEA en el chocolate, por ello suele decirse que para el mal de amores o la depresión no hay nada mejor que un buen trozo de pastel de chocolate.